Proyecto

La muestra, titulada «Los Hernandos», y comisariada por el ilustre Don Fernando Benito (qepd), brindaría la oportunidad de admirar estas piezas restauradas de cerca, desentrañando los detalles y la maestría de sus creadores. Mi participación en este proyecto abarcó cada etapa del proceso, desde el minucioso desmontaje de las puertas, hasta su posterior devolución a su lugar de origen tras los procesos a los que se les sometiron, la meticulosa labor de manipulación que involucraba la coordinación de un amplio grupo de técnicos. Cada decisión, se tomaba con la reverencia y el cuidado que solo inspira una obra de tal magnitud.

Coordinar este equipo de técnicos fue un privilegio que marcó mi carrera. No solo por el reto y la experiencia técnica que supuso, sino por la profunda conexión que se establece con una obra de arte al trabajar en ella tan de cerca. Cada tabla, cada paso, narraba sin saberlo la historia de cuando la colocaron inicialmente en su lugar, un capítulo del rico legado de la Catedral de Valencia.

Al recordar este proyecto, mi mente se inunda de imágenes: la majestuosidad del Retablo Mayor, el peso de cada tabla, el olor característico de las maderas nobles y la textura de las tablas en mis manos, la meticulosidad del trabajo de coordinación y la satisfaccción de un final idóneo. Pero, sobre todo, la satisfacción de haber contribuido a preservar este tesoro artístico para las generaciones venideras.

La exposición «La Luz de las Imágenes», en la que tuve también el privilegio de participar en varias de sus ediciones, se convirtió en un éxito rotundo, permitiendo que miles de personas apreciaran la belleza y la historia de las puertas del retablo y otras casi 500 obras de Arte Sacro. Pero más allá de la exposición, la experiencia de la manipulación de las obras me dejó una huella imborrable: la del íntimo contacto con cada una de las obras maestras, un viaje al corazón del arte en la Catedral de Valencia que posteriormente y casi 20 años después me llevaría a ocupar el puesto de Subdirector del Museo Cateral de Valencia a las órdenes de D. Jaime Sancho Andreu, canónigo Director del museo, con el que he tenido el placer y privilegio de trabajar a lo largo de toda mi carrera.